El ASESINATO SIN
RESOLVER
Había una vez, en un pueblo de Castilla, un hombre al que
le encantaba violar mujeres. Estas mujeres eran siempre niñas huérfanas o
mujeres que habían perdido a toda su familia para que así nadie echase en falta
a estas personas y no le pillaran hasta que un día decidió dar un paso más y
secuestró a una mujer que tenía un marido y una hija. Esta situación era nueva
para él ya que nunca había violado a nadie con una familia que pudiera
denunciarlo y echar en falta a la mujer. Cuando se dispuso a violarla vio que
la chica se movía sin cesar así que tuvo que inyectarle un tranquilizante pero
estaba acostumbrado ya que le ocurría con la mayoría de mujeres.
A medianoche, su marido y su hija vieron que la madre
todavía no había llegado a casa y se empezaron a preocupar ante esta
circunstancia. Fueron al departamento de la policía para denunciarlo y ver si
la policía podía hacer algo para encontrarla. Empezó la búsqueda pero no tenían
ni idea de por dónde iba a poder estar la chica desaparecida. Pasaron por
delante de la casa del violador así que este se asustó y escondió el cadáver al lado de una carretera
cercana al pueblo. Cuando la policía encontró el cuerpo de la víctima, la
familia fue notificada y se llevó un fiasco tremendo porque tenían esperanzas
de que estuviera viva. La policía no encontró ninguna prueba por lo que el
violador no se descubrió y siguió
haciendo su trabajo pero con mujeres sin familia porque lo pasó muy mal ya que creía
que le iban a encontrar.
Alvaro Weisz
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