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jueves, 30 de octubre de 2014
Para vuestras dudas
Interesante web para despejar todas vuestras dudas sobre gramática este curso. Metedla en 'Favoritos'. De cara al examen de mañana, podéis resolver cualquier duda en el apartado de 'Sintaxis'. Está todo muy bien explicado. El enlace, pinchando aquí.
martes, 28 de octubre de 2014
el asesino inocente
Asesino
inocente
En
un pueblo pequeño, de más o menos 200 habitantes, situado en la
comunidad de Castilla y León, llamado Alse, vivía una familia de
tres personas en un casa. En ella, vivían los padres y un hijo,
llamado Cristian, de 19 años. En el pueblo, también vivían los
abuelos de Cristian y cada domingo, como tradición de la familia,
comían en casa de Cristian. Un domingo, a mediados de marzo, los
abuelos llegaron a casa de Cristian y ocurrió una desgracia, María,
la madre de Cristian, estaba muerta. Cuando los abuelos se enteraron,
empezaron a llorar, ya que ellos pensaban que había fallecido por un
trágico infarto pero en verdad, no fue así. Tras el fallecimiento,
los médicos del pueblo investigaron la causa de la muerte y dos
semanas más tarde del fallecimiento, se encontró la verdadera
causa, Cristian o su padre le habían matado. En cuanto la policía
se enteró de la desgracia, detuvo directamente al padre y al hijo y
se les hizo un juicio. Finalmente, Cristian quedó en libertad y su
padre estuvo condenado a tres años de prisión. Un año y medio
después de la detención del padre, salió de prisión, ya que
colaboró con las ayudas en la cárcel, por lo que se le quitó la
mitad del tiempo que estaba condenado. En ese año y medio, Cristian
estuvo viviendo con sus abuelos y en ese año y medio, cada domingo,
en vez de la comida, iban a visitar al padre de Cristian y ala vez,
los abuelos a ver a su hijo. Una mañana de Noviembre... ¡El padre
de Cristian estaba muerto!, y esta vez cuando se enteraron los
abuelos de Cristian, de nuevo empezaron llorar y esta vez, aún más,
porque era su hijo. Esta vez, la situación era diferente, ya que si
el padre de Cristian no había muerto por infarto u otra cosa
parecida a ello, el único autor del echo podía ser Cristian. En
cuanto los médicos investigaron el fallecimiento, se dieron cuenta
de que había muerto de un disparo, ya que solo tenía la cabeza
ensangrentada. Tras este suceso, la policía detuvo a Cristian y se
le condenó a veinte años de prisión, ya que en el juicio, confesó
que él también había sido el autor del fallecimiento de su madre.
Finalmente, los abuelos se mudaron a Andalucía, ya que tenían miedo
de que su nieto fuera a matarles después de la condena. Cuando
Cristian salió de la prisión, se dio cuenta que por lo que hizo,
iba a estar toda su vida solo, ya que no sabía a donde se habían
mudado. Diez años después de que Cristian saliera de la cárcel, se
suicidó pero sus abuelos, nunca llegaron a esterarse del suicidio.
lunes, 27 de octubre de 2014
Ander Montaño - Mi vida: Huir
Mi vida: Huir
Era una tormentosa
tarde de Septiembre en Venecia y las gotas frías de agua y sudor resbalaban por
mi rostro. Por desgracia, el tejado roto bajo el que me intentaba refugiar no
era suficiente para protegerme de la lluvia. Aún oía a lo lejos los gritos de mis
perseguidores, a los que ni el temporal lograba frenar.
Sin embargo, yo
avanzaba rápidamente oculto entre las estrechas calles del centro y si
consiguieran encontrarme, difícilmente podrían darme caza ya que no me
resultaría complicado huir de ellos. Me subí a la escalera de incendios del
edificio bajo el que me encontraba y comencé a reflexionar. Pensé que había
estado mal que intentara robarles un par de panettone
a aquellos inocentes comerciantes cuya vida dependía de su trabajo, aunque no
tenía otra opción si no quería morirme de hambre.
Cuando la lluvia
amainó, bajé de un salto y comencé a andar. Si me había orientado bien, estaba
situado a dos puentes de la Piazza San Marcos donde, ahora que ya no llovía, se
habría concentrado una gran multitud y no conseguirían encontrarme. Así
proseguí tranquilamente mi camino hasta llegar a mi destino. Como siempre,
aquel lugar estaba lleno de palomas y de venecianos que les daban de comer
migas de pan…
En ese momento la
vi: Una gran hogaza de pan recién hecho al lado de un hombre que no paraba de
coger migas y lanzárselas a los pájaros. Era probablemente la más grande que había
visto en mi vida y no entendía como aquel señor podía estar desperdiciándolo
alimentando a aquellos animales. De una carrera llegué a la altura del banco
donde se encontraba y de un movimiento rápido me lo llevé.
¡Al fin tenía algo
que llevarme a la boca! Me alejé un poco de la plaza en dirección a la
desembocadura del Canal Grande para no estar demasiado cerca de aquel hombre.
Escogí un banco cerca del hotel y me senté tranquilamente a disfrutar de mi
botín. Observé cómo pasaban las horas y el canal se iba vaciando poco a poco de
barcos. La tarde dio paso a la noche, y yo seguía contemplando los colores que
el cielo proyectaba en el mar
Me encontraba
absorto en mis pensamientos cuando oí un silbido justo detrás de mí. Al darme
la vuelta, vi una oscura silueta de lo que parecía un hombre muy alto con un
sombrero que estaba apoyado contra una pared, bajo un soportal. Trataba de que
me acercase a él y, como ya había vivido situaciones más peligrosas, no me dejé
dominar por el pánico y avancé hacia él poco a poco.
Creí que cuanto
más me aproximase mejor podría adivinar el rostro de aquel hombre. Sin embargo, seguía siendo difícil imaginarlo en esa sombra negra.
—Te he estado
observando. Debes de pasar hambre muy a menudo, ¿no es verdad? —me dijo.
Yo, en ese
momento, tenía la cabeza llena de preguntas. ¿Quién era ese hombre?, ¿Cuánto
tiempo llevaba observándome? y, sobre todo, ¿Qué quería de mí?
—Si es así, ¿cómo
no me he dado cuenta antes de que me estabas espiando hasta ahora? —inquirí,
receloso ante aquel personaje.
—Qué más da —dijo
mientras sacaba algo de su cartera—. Si vienes conmigo te juro por San Marcos
que conseguiré que nunca más vuelvas a pasar hambre.
Aquella parecía
una oferta tentadora y, como demostración, me enseño una hogaza idéntica a la
que me había llevado horas antes. Eso daba a entender que conocía mi debilidad.
—¿En qué consiste
su propuesta, señor…?
—No te importa
—Dejó atisbar en su rostro una sonrisa torcida—. Solamente ven conmigo
El primer
pensamiento que me vino a la cabeza fue el de huir, no quería irme con ese
desconocido con sonrisa de loco. Sin embargo, por otro lado, si era cierto que
no volvería a pasar hambre… Al menos, contaba con la ventaja de que era él
quien quería llevarme, la decisión era completamente mía.
—Me niego
—respondí rechazando su oferta.
Acto seguido,
inexplicablemente entró en cólera. Yo no sabía cómo, solamente por haber negado
su propuesta podía cambiar su humor de aquella manera. Intentó atraparme, pero
le esquivé rápidamente. Huí por un lado mientras él me seguía muy de cerca. No
entendía cómo podía tener unas piernas tan largas, pero me pisaba los talones.
Tomé un camino en
dirección al Puente de Rialto, mientras escuchaba al señor insultarme, furioso.
No paré de correr hasta llegar a la esquina de la Calle Stagneri. Intenté
recobrar el aliento. Tenía la cara y la espalda empapadas de sudor. Lo cierto
es que no había ni rastro de mi perseguidor y decidí tomarme un respiro
mientras cruzaba el Puente de Rialto.
Miraba a la gente
y veía rostros felices y despreocupados, tan tranquilos y ajenos al mundo que
no lo comprendía. Yo sin embargo era pobre, no tenía lo que ellos. Ni casa, ni
familia, ni comida… Y lo más importante, no contaba con protección alguna: estaba
completamente a merced de los peligros de la calle.
Mi vida era una
carrera, huyendo de comerciantes a los que arruinaba el negocio o de personas
que querían raptarme y vender mis órganos en el mercado negro. Esta vez había
logrado escapar y, aunque nunca volviera a ver al señor, era solamente uno de
los problemas a los que me tenía que enfrentar día tras día
Ander montaño
La historia de un árbol
La Historia de un
Árbol
-¿Dónde estamos y a dónde vamos?
Pregunté a los demás arboles apretujados unos contra otros en medio de la
oscuridad.
-En un camión, camino de una
ciudad muy contaminada, Bilbao creo. Al menos eso me han dicho unos árboles que
escucharon al humano que manda a todo el mundo.
-Jo, que mala suerte, nos podría
haber tocado en un gran jardín o reponer un bosque quemado.
Así terminó la conversación
dentro del camión hasta el final del trayecto. Dónde bajan todos los árboles
para luego ser plantados en la acera . Se comentaba que estábamos allí para
hacer que la ciudad pasara a ser turística. Los primeros años no eran muy
agradables pues el aire que respirábamos estaba muy contaminado. Lo único bueno
que me pasaba a mí y a mis compañeros de alrededores era que todas las semanas
calurosas venía un hombre mayor con su nieto a darnos de beber. Aunque no era
necesario, era de agradecer que se tomara la molestia de hacerlo.
Así pasaron los días, los
meses... Hasta que oí a una persona que decía que hoy por la noche iba a hacer
mucho viento. No le dí mucha importancia. No me gusta recordar ese día. Digamos
que por la mañana tenía muchos menos amigos. Por suerte eso no volvió a suceder
gracias a que aquel anciano y su nieto trajeron unos palos y gruesas gomas para
amarrarnos al suelo y que los árboles no se volvieran a caer.
Siguió pasando el tiempo con
normalidad, pero un día apareció el niño, ya más crecido, vino triste a darnos
de beber sin su abuelo. Al principio, no me preocupe demasiado pero fueron
pasando los meses y seguía sin venir aquel adorable anciano, terminé por
descubrir que se había muerto. Con esa desgracia vino una alegría que pasó
desapercibida, con el tiempo el aire paso a ser más puro y respirar era más
agradable.
Ahora la ciudad era más colorida y
veía a gente pasar a mí alrededor continuamente. Pero aquel niño inocente creció. Y con él sus
responsabilidades. Por lo que lo deje de ver.
El tiempo fue pasando, la ciudad
era muy alegre y colorida, niños riendo y jugando, adultos mirando atónitos de
un lado a otro las esculturas y los imponentes y preciosos edificios. También,
se mudaron unos pequeños pajaritos a mis ramas. Eran muy respetuosos. Sólo
usaban ramas y hojas caídas para construir su casa. Algo muy poco habitual.
Pasados ya unos 60 años desde que
me plantaron volví a ver a aquel inocente niño. Aunque ya anciano como su
abuelo. Pero aún así le reconocía por la mirada. No dijo nada. Solamente volvió
a hacer como antes, darnos de beber los días más calurosos.
Echando la memoria hacia atrás, recuerdo
algunos días raros que se repetían algunas veces a lo largo del año. Como aquél
día en que mucha gente estaba andando por donde normalmente iban los coches. No
parecían muy contentos, parecía que gritaban algo pero no lo entendía muy bien.
Había mucha policía a su alrededor para que no se descontrolaran, pero no sirvió
de nada. Después de saber lo que había pasado, la gente que no salió a la calle
aquel día seguro que se alegró.
Otro día, pasó algo parecido,
pero esta vez la gente que participaba estaba más alegre. había muchos niños y
jóvenes y no había tanta revuelta,
tampoco tanta gente, pero las personas que había estaban más contentas.
Me sorprendió, a mí y a los demás árboles. Parecía ser "La Globada de la
Paz" no sabía que era. Pero, desde luego prefería esto antes que lo
anterior.
Antes de terminar este relato, me
gustaría decir, que esta historia no ha terminado. Pues siempre que ocurra algo
interesante os lo contaré para que no desaparezca con el desgaste del tiempo.
Pero puedo confirmar que algo bueno va a pasar siempre y que este nuevo anciano
con mirada inocente ahora siempre viene
a darnos de beber las semanas calurosas con
su pequeño y adorable nieto. Algo que es de agradecer.
Janire Rueda: El pescador y San Valentín
EL PESCADOR Y SAN VALENTIN
Como
cada año, por San Valentín, lloviese, nevase o brillase el sol, la sirenita
volvió a ver al anciano pescador, de tez morena, y rostro avejentado por los
golpes que le había dado la vida.
Allí
estaba él, con su mirada profundamente triste y perdida en el horizonte,
sentado en la misma roca de siempre. Ni siquiera las gotas de agua de mar que
salpicaban su cara al chocar con fuerza en aquella roca parecían distraerle de
sus pensamientos.
Aquel
año, a la sirenita le pudo la curiosidad y se acercó a él con dulzura,
peguntándole. ¿Por qué buen hombre vienes aquí el día de San Valentín año tras
año?. Él sin apartar la mirada del mar, suspiró profundamente, y con la voz
entrecortada empezó a contarle su historia.
—Querida sirenita, hace ya muchos años, siendo yo muy joven, mi hermosa novia y yo, veníamos siempre a esta zona a celebrar San Valentín. Era nuestro día y rincón preferido. Aquí, reíamos, bailábamos, soñábamos y sobre todo nos amábamos, con toda la fuerza de nuestros corazones. Pero un fatal día de San Valentín, ella llegó primero, y mientras esperaba a mi llegada un fuerte golpe de mar la hizo tropezar, y al caer, el embravecido mar la arrastró hasta lo más profundo. Y la sirenita le pegunta: -¿Por qué llegaste tarde?- Y el amablemente le responde: -Yo soy pescador y aquel fatídico día mí barca tardó mucho en llegar a la orilla, más de lo normal, y por eso no llegue a tiempo a la cita y no puede salvar a mi novia. Desde entonces, yo regreso a nuestro rincón año tras año, pase lo que pase, tenga que hacer lo que tenga que hacer, pues el mar se la llevó pero no consiguió llevarse mi amor por ella.
—Querida sirenita, hace ya muchos años, siendo yo muy joven, mi hermosa novia y yo, veníamos siempre a esta zona a celebrar San Valentín. Era nuestro día y rincón preferido. Aquí, reíamos, bailábamos, soñábamos y sobre todo nos amábamos, con toda la fuerza de nuestros corazones. Pero un fatal día de San Valentín, ella llegó primero, y mientras esperaba a mi llegada un fuerte golpe de mar la hizo tropezar, y al caer, el embravecido mar la arrastró hasta lo más profundo. Y la sirenita le pegunta: -¿Por qué llegaste tarde?- Y el amablemente le responde: -Yo soy pescador y aquel fatídico día mí barca tardó mucho en llegar a la orilla, más de lo normal, y por eso no llegue a tiempo a la cita y no puede salvar a mi novia. Desde entonces, yo regreso a nuestro rincón año tras año, pase lo que pase, tenga que hacer lo que tenga que hacer, pues el mar se la llevó pero no consiguió llevarse mi amor por ella.
Yo
conservo la esperanza que quizás algún día el mar me la devuelva y si ella
desea volver a reir, soñar y bailar conmigo y celebrar San Valentín, me
encontrará aquí. Siempre me encontrará aquí - suspiró con un pequeño hilo de
voz.
La
sirenita, con sus ojos repletos de lágrimas, se despidió tiernamente del
anciano y marcho rauda y veloz a contar su triste historia al resto de sirenitas.
Con
el fin de poder ayudarle, las avisó a todas, una por una, que estuviesen muy atentas
y si un día alguna se cruzaba en las profundidades el mar con la novia del
entrañable pescador, la dijesen que él nunca la olvidó y donde le podía
encontrar.
Janire Rueda
La amistad de un hermano
Nací en madrid una ciudad muy grande y muy bonita o peligrosa según de donde la mires.Yo vivo en barrio Salamanca en ciudad jardin.Dicen que es el distrito más caro de Madrid, aunque….. Sinceramente mi madre yo y mi hermano, a es verdad el burro delante para que no espante.Mi madre, mi hermano y yo vivíamos en un bloque de edificios corriente,todo era normal salvo los vecinos,teníamos de todo un poco desde viejos locos a drogadictos romanticos.Se me olvidaba mi madre se llama Estela se lo puso mi abuela dos meses despues,a la vieja no se le ocurria nada.Mi hermano se llama Sergio y yo me llamo Pablo.Mi hermano tiene quince añosy yo dieciseis, yo soy el hermano mayor pero el maldito me trata como si fuera el menor,eso no significa que no nos llevemos bien solo digamos que no nos llevamos genial.Mi madre,no le gusta que lo diga porque dice que las mujeres cuando llegan a una cierta edad ya no se dice la edad pero tiene cuarenta y cuatro años.Bueno eso mis vecinos son muy raros, es mas todo esto empezo por uno de mis vecinos, Hugo que tiene mi edad pero el fuma,bebe y por lo que tengo entendido sale con tias.Yo no fumo ni bebo pero porque mi madre siempre me ha dicho tonterias de esas de no fumes no bebas ya saveis esas cosas y lo de salir con tias estuve con una hace tiempo pero despues de eso no he vuelto ha pensar en eso sobretodo porque las tias que me gustan todas me dicen que me pierda y con mi padre no puedo hablar de estas cosas porque nos dejo antes de que yo naciera y hace siete meses descubri que murio de meterse tanta cosa.Bueno ahora os cuento la historia.Sergio y yo estabamos llendo al instituto como cada dia cuando nos encontramos a Hugo nos dijo que ibamos a ir con el a una fiesta, creo que Sergio y yo pensamos lo mismo no nos pregunta nos obliga como si fueramos a decir que si o eso pensaba yo hasta que dijo que iba a ir Susana.Mi hermano estaba loca por esa chavala.Era gupa pero mi hermano no dormia solo por pensar en ella y por una tia yo paso de hacer esas cosas demasiado esfuerzo para tan poco.La respuesta de Sergio fue al segundo si si siiiiiiii.
Hugo se quedó sorprendido por su reacción.Finalmente nos dijo que a las once en el portal y luego se fue con un grupo de amigos a la puerta del instituto.Cuando salimos me di cuenta que nuestra madre solo nos dejaba hasta las once y media.Cuando llegamos a casa le íbamos a preguntar si nos dejaba más tiempo cuando nos dijo que tenía que irse dos semanas a Barcelona por trabajo y que cada dos días nuestra tía vendría a ver como estábamos. Nosotros no queríamos que viniera nuestra tía, pensábamos que estaba loca porque es muy religiosa y siempre nos hacía rezar algo nosotros hacíamos poco, por no decir nada.Lo único bueno es que venía en dos en dos días y por lo menos podíamos ir a la fiesta y así Sergio puede ligar con Susana y yo podría buscar a alguna.Susana y yo nos llevamos bien pero nunca hemos llegado a llevarnos bien porque yo siempre he creído que era un poco choni.Mamá se iba ya le dimos un beso nos dijo que nos portaramos bien y que nos acostaramos temprano.Después de que mamá se fuera nosotros nos preparamos yo me puse lo primero que pille pero sin parecer tonto, sin embargo Sergio se cogió, lo que él llama su chaqueta de la suerte,algo que en mi opinión es una tontería.Eran las once y mi hermano ya estaba eufórico,me tenía loco,yo sólo quería ver la tele y el no me dejaba.Por fin llegó la hora.Bajamos al portal y no había nadie, empezamos a pensar que nos había tomado el pelo cuando llegó Hugo con una chica muy alta rubia que parecía ser mayor que nosotros.Los cuatro juntos fuimos a casa de Luigy un amigo nuestro de clase.Se llamaba luis pero le dieron ese mote hace un tiempo por alguna razon que yo desconocia.Finalmente llegamos a casa de luigy, no aguantaba mas Hugo y la rubia se habían comido la boca todo el camino, maldito suertudo como si fuera tan guapo.Cuando entramos en el piso estaba la música muy alta y había mucha gente bailando.Esto no era normal normalmente si se hace una fiesta se hace fuera de casa y pocas veces.Era un día especial la madre y el padre de Luigy estaban de aniversario y se habían ido de viaje a no se que donde.Sergio desapareció en un instante,antes de verlo ya sabía donde estaba siguiendo al culo de Susana.Había bastante gente en el balcón,algo que me llamó la atención y fui a ver.Cuando salí se olía un olor a tabaco eso era debido a que estaban fumando.Hugo me ofreció,yo para hacerme el chulo no lo rechace y pobre.Justo después empecé a toser y todos se empezaron a reír y a decir entre dientes que era un novato.Enfadado me volví adentro.Cuando ya empecé a creer que era la fiesta más aburrida en la que había estado volví la cabeza y mire a la mesa donde se encontraban las bebidas, justo al lado se encontraba la chica más guapa que había visto hasta ahora.
Si hubiera sabido quien era nunca me hubiera acercado.Yo me acerque hacia ella.Le pregunte su edad a lo que ella respondió que tenia dieciseis.Ella me respondió de una forma un poco rara.Segido a mi pregunta me pregunto si no la reconocía,yo en ese momento estaba muy incomodo debido a no saber quien era, de repente apareció Sergio,lo siguiente que dijo hizo que se me congelaran los huesos.Lo que dijo fue, hola Susana.Ella era Susana,no podia creérmelo, era verdad que hacia ya un tiempo que no la veía pero había cambiado mucho.Ya no era tan choni,era mucho mas alta y su cara había cambiado, era mucho mas guapa.Esa noche presentía que la relación entre Sergio y yo iba a empeorar.Lo cualquier hermano haría es dejarlos a solas y olvidarla para siempre,pero desgraciadamente yo no hice eso.Todo el mundo sabia que a Susana no le gustaba mi hermano porque decía q era bastante feo de cara.Susana y yo salimos a fuera para hablar del tiempo que hacia que no nos veiamos.Sergio nos miraba desde el balcón con una cara de odio, afortunadamente volvió a dentro ya que unos minutos después, nos quedamos mirando el uno a otro y no se como ocurrió pero cada vez los estábamos mas cerca y ocurrió un beso que me pareció un suspiro.Estuvimos asi toda la noche.Cuando volvimos a casa Sergio y yo tuvimos una pelea demasiado fuerte.El tiempo ha pasado, veinte años exactamente.Susana y yo salimos bastante tiempo pero finalmente cortamos no se cual fue la razón por la cual cortamos pero sospechaba los celos de mi hermano que nunca me perdonó por quitarle a su chica,me perdonó, pero las cosas nunca han sido como antes.Mamá murió hace unos años y yo no he estado con nadie desde lo de Susana.Ojala esto fuera un final feliz pero no lo ha sido para nadie.Luigy esta en un centro de rehabilitación y de Hugo no he sabido más de él.Yo no aguante en madrid y me fui a vivir a Portugal con mi perro chusky.Vine a Portugal buscando la tranquilidad o la suerte, algo de lo que necesito.
Cuento
El útero maldito
Dos hombres
con gabardina negra la observan.
-¿Seguro que
es ella?- dijo uno.
-Pronto lo
sabremos- le respondió el otro.- Y si es
realmente la elegida la mandaremos el paquete.
Ruth, ajena
a las miradas de los dos hombres con gabardina, se estaba bebiendo su cuarta
tónica. No estaba pensando con claridad, su marido David no sabía que estaba en
ese local y ya era bien entrada la madrugada. De repente un hombre le puso una
mano en su glúteo. Ella no se negó, sino que se dio la vuelta y empezó a
besarse con él. Dejó que le llevase a
una habitación y allí Ruth obtuvo más placer que en los siete años que llevaba
casada con su esposo.
Se levantó a
la mañana siguiente en la misma habitación y se fue despacio a su casa. Cuando
llegó era la una de la tarde y David la estaba esperando. No le hizo falta
decirle nada al ver las marcas que tenía en su cuello. La pegó tal bofetada que
la tiró al suelo y le hizo sangrar de la mejilla. Ruth, tranquilamente,
mientras su marido se iba a llorar al baño, cogió un largo cuchillo de la
cocina y le apuñaló varias veces en el cuello y el corazón.
Cuando la
policía llegó, ella estaba desayunando un café como si no hubiese pasado nada.
El juez la condenó a cadena perpetua, pero a ella parecía que no le importaba.
Ya en la
cárcel, empezó a sentir molestias, y finalmente descubrió que estaba
embarazada. Ruth no se había sentido tan feliz desde la noche con el gigoló.
A los tres
meses de embarazo, recibió un extraño paquete. Cuando lo abrió solo había una
notita que rezaba:
-Cómete un
haba cada día y tu embarazo irá a mejor.
Esperaba que
su hijo fuese avispado, astuto como un zorro, fuerte como un buey y hermoso
como una flor crecida de la primavera.
A los ocho
meses de embarazo, mientras se comía su haba diaria, rompió aguas. Fue llevada
inmediatamente al hospital, pero el parto empeoró y tuvieron que darle
anestesia general. Cuando finalmente lograron sacar la cabeza del bebé, éste,
extrañamente, salió el solo del vientre de su madre y comenzó a volar. Clavó su
cuerno derecho en todos los médicos y enfermeras de la sala y los asesinó.
Ruth se
incorporó poco a poco y vio la abominación que había parido. Tenía dos alas y
un aguijón de avispa, cara de zorro, dos cuernos de toro y su tórax, abdomen y
extremidades eran verdes y livianas.
-¿Cómo ha
podido nacer algo así?-pensó asustada. Entonces vio que de su cuerpo, en vez de
una placenta había salido una bolsa verde del color de un haba. Pero fue lo
último que pensó, porque su hijo voló
hacia ella y le clavó el aguijón en su cuello.
La invasión
había comenzado.
Por Julen Ortiz
CUENTO : María
MAMÁ
Había una vez una araña llamada Mamá. Esta araña tenía una manera muy peculiar de tejer y es que sus telarañas tenían un color plateado y eran muy espesas. Además de eso a Mamá le encantaba coser y se pasaba la mayor parte del tiempo tejiendo. Su madre estaba asombrada y por eso empezó a obligarla a tejer más a menudo.
Pasados los años mamá se cansó de tejer y tejía con menos interés por lo que sus telarañas tenían un aspecto diferente al las de las demás arañas y dejaron de gustar a su madre. Un día su madre tomó una decisión y decidió que tenía que irse de casa para reencontrar la inspiración. Mamá se paso bastante tiempo buscando un sitio donde quedarse y al final decidió establecerse en una pequeña villa llamada Bilbao. Un día oyó a unas personas comentando que en Bilbao hacía falta un tejido original para poner en él la bandera. Mamá decidió empezar a tejer y a tejer para hacer algo por Bilbao.Lo hacía con mucho interés y su tela estaba quedando muy bien. Años más tarde cuando Mamá ya estaba mayor y le quedaba poco para acabar su telaraña, vio a un niño tirado en la calle un día de mucho frío. Se dio cuenta de que muy pocas personas de las que pasaban se dignaban a mirarle y mucho menos a echarle una moneda. Mamá sintió lástima por él y dejo que usara su manta para resguardarse del frío.
Ese fue un invierno muy duro y Mamá ya estaba muy mayor. No tenía nadie que la ayudara y pasó mucha hambre y frío. Un horrible día que nevaba Mamá no tuvo fuerzas suficientes para llegar a un sitio cubierto y murió. Casualmente pasó por allí un joven que era el niño al que había ayudado años atrás. Lo habían ayudado mucho en la ciudad y había conseguido que lo adoptaran. Al ver allí a Mamá muerta recordó que ella le había ayudado a él y la enterró en el bosque. Cuando el niño creció se convirtió en el alcalde de la ciudad y decidió construir una estatua en honor a la pequeña arañita que le había salvado la vida.
domingo, 26 de octubre de 2014
El árbol de los deseos
El árbol de los deseos
En una pequeña aldea de un lejano país, vivía una bruja, Eguzki, conocida por tener en su jardín un árbol cuyo fruto eran unas manzanas que aquél que las tomara veía que se hacían realidad sus sueños. Hasta allí iba gente de todo el mundo, pero no todo el que llegaba podía comer de aquella fruta ya que antes la bruja tenía que valorar si la persona merecía ese deseo o no.
Un día llegaron a oídos de un joven que vivía en una aldea de un país muy lejano los poderes de aquella fruta. Éste, inmediatamente, se puso en camino seguro de que la bruja le iba a conceder su deseo. Caminó durante varios días, junto con su caballo. En el camino se encontró a gente que había hecho realidad su deseo, pero también se encontró gente a la que la bruja había rechazado. Finalmente, una mañana soleada, llegó al fin a dónde vivía la bruja y se encontró con una larga cola de gente que quería lo mismo que él. Se pasó el día esperando, hasta que finalmente, le llegó el turno de hablar con la bruja.
- Buenas tardes muchacho, ¿qué te trae por aquí? - le dijo Eguzki.
- Vengo desde muy lejos para que me concedas un deseo. – le respondió, seguro de sí mismo Diego, así se llamaba el joven.
- Como sabrás, no todo el mundo ve cumplido su deseo, por lo que primero me tendrás que contar un poco sobre ti y qué es eso que quieres que se cumpla. – le respondió Eguzki.
- Bien, me llamo Diego, vivo en una gran aldea y soy una persona que pasa desapercibida, tengo pocos amigos y a poca gente le importo. Trabajo mucho y me gustaría que más gente reconociera lo que hago y me lo agradeciera. - Eguzki le atendía callada, sentada en su sillón- Por eso, quería pedirte, que la gente me admire, que al pasear por las calles me miren, que se den cuenta de mi valía y de lo mucho que puedo ofrecer…
Al cabo de un rato, Eguzki se levantó y le dijo con voz muy seria:
- Ese es un deseo muy peligroso, ya que al final puedes llegar a hartarte de ser el centro de atención y también puedes crear enemigos que te pueden hacer la vida muy difícil.- El joven le dijo que estaba dispuesto a soportar a sus enemigos y que no se cansaría nunca de que la gente quisiera relacionarse con él. Fuera el precio que fuera quería ser admirado
Finalmente Eguzki le concedió el deseo y el joven se volvió comiendo la fruta del árbol a su país. Al llegar allí notó que a su entrada, todo el mundo se paraba para verle o saludarle y un par de personas le pararon para darle conversación, y eso al principio le gustó mucho, pero, a medida que pasaba el tiempo, los meses, la situación se hacía insoportable. Tenía tantos admiradores como enemigos, la envidia le perseguía y los que creía que eran sus amigos se movían por interés. Se sentía más solo que nunca. Decidió volver, entonces, donde Eguzki.
- Eguzki, ha ocurrido lo que tú me dijiste, estoy harto de tanta popularidad y de que media aldea me critique, ¿hay algún modo de hacerme volver a la vida del principio?
- Ya te lo advertí y no hiciste caso. La única manera de invertir el deseo, es un antídoto que nunca se lo he concedido a nadie, y si quieres usarlo, deberás ganártelo.- dijo Eguzki.
- Estoy dispuesto a lo que sea, dime lo que debo hacer y lo haré.
- Ya sabía que se iba volver en tu contra pero ha estado bien, pues has aprendido una buena lección. .Bien, pues para ello deberás conseguir una planta que solo crece en el bosque oscuro, una vez la consigas, tráemela, y yo te prepararé el antídoto.
Diego comprendió su viaje hacia el bosque. Pasaban los días y no encontraba la planta, hasta que en el noveno día, cuando ya pensaba retirarse, justo debajo de una roca, vio asomar la bonita flor de la planta. La cogió y salió corriendo a la cabaña de la bruja. Esta le preparó el antídoto, se lo bebió y al llegar a su aldea, todo estaba como al principio, nadie advirtió de su llegada y nadie le molestó en su camino a casa.
Comprendió que no por ser más popular era más querido y que es suficiente tener buenos y pocos amigos que valoren lo que uno hace para sentirse bien, respetado y seguro de sí mismo.
FIN.
Historia de un superviviente, JUAN GARCÍA LAFUENTE
Historia de un superviviente:
Hacia el año 1550 el tráfico de mercancías entre América y Europa
se había transformado ya en un comercio a gran escala. Este auge
comercial hizo posible la curiosa historia de Jonh Malone.
Este era un joven que se había criado en un pequeño pueblo francés
a unas 30 leguas de Burdeos, una ciudad que por aquel entonces
contaba con uno de los puertos más importantes en todo el mundo y
cuya población crecía de un modo implacable.
Jonh era el mayor de 7 hermanos. Su padre, Jorge Malone, era un
hombre de origen inglés y rudo marinero, sobre el que circulaba en
Nans les pines, pueblo natal de nuestro protagonista, el rumor de que
había abandonado a su familia para irse a América a hacer fortuna.
De esto hacía ya 9 años y se decía que se había casado con varias
indígenas y amasado una gran fortuna.
Las condiciones de vida del lugar eran de por sí difíciles y más
lo fueron aún cuando las terribles inundaciones habidas en agosto de
1553 en la costa atlántica francesa, arruinaron la cosecha de vid de
aquel año, que era la principal fuente de subsistencia de la
comarca. Jonh y Charles, que eran los hermanos mayores, tuvieron que
dejar el pueblo para buscar trabajo en la ciudad y poder ayudar a su
madre y a sus hermanos pequeños. Poco les costó encontrarlo,
tratándose de 2 mozos de robusta genética. Lograron enrolarse como
marineros en un ballenero, una apuesta muy exigente, ya que suponía
realizar largas travesías hasta las costas de Terranova, en
condiciones muy duras como correspondía a los barcos de la época,
para realizar allí su trabajo en un ambiente frío y hostil. Los
balleneros eran unos barcos muy grandes, contaban con una tripulación
que superaba los 100 marineros, pero que sin embargo la mayor parte
de la nave la ocupaban las bodegas, destinadas a albergar las
ballenas descuartizadas que se disponían a cazar. El espacio
restante quedaba para la tripulación y las provisiones, que muchas
veces resultaban escasas, por lo que no era raro que aveces
falleciesen tripulantes en cada viaje.
Estuvieron 2 años ganándose la vida de esta manera, realizando 3
viajes cada año.
El 14 de Julio de 1556 el Beagle, que así se llamaba el barco en el
que estaban enrolados los hermanos Malone, zarpó del puerto de
Burdeos iniciando así la primera singladura del segundo viaje que
realizaban ese año. El trayecto suponía atravesar el Atlántico de
costa a costa y el viaje podía prolongarse hasta un mes.
Ese viaje se hizo especialmente duro y trágico. Para la segunda
semana de viaje ya habían fallecido veintisiete marineros, en gran
medida, por una epidemia que sacudió fuertemente a los pescadores.
A la mañana del vigésimo cuarto día del viaje, se desató una
fuerte tormenta: el cielo cambió de un modo espectacular,
transformándose en instantes su apacible azul intenso en un negro
desgarrado por rayos de un blanco eléctrico. Comenzó a librarse una
terrible batalla entre el mar y el cielo, y desgraciadamente nuestro
amigo y el resto de la tripulación se encontraban en las trincheras
de la misma, apenas protegidos por un barco que navegaba escorado.
Los truenos eran un continuo rugir , como si algo mucho más grande y
poderoso que nosotros nos estuviera invitando a salir de allí
pitando. El ballenero quedó desvencijado en poco tiempo por las
sacudidas de un viento huracanado. Enormes olas zarandeaban al barco
que navegaba al garete. Esta situación se mantuvo durante varios
días, pero que finalmente se fue a pique con toda la tripulación a
bordo...
El día había amanecido luminoso y tranquilo en todo mar Caribe, a
una de cuyas islas había conducido el destino los restos del
naufragio del Beagle y a su único superviviente.
Jonh Malone salía aturdido y magullado de un tonel que había
quedado varado sobre la arena de la playa.
La luz del sol herían sus adormecidos ojos que eran contemplados por
los ojos sorprendidos de otro hombre presente en el lugar.
Entonces Jonh escuchó la voz que provenía de la borrosa silueta que
contemplaba: “¿Hijo, eres tú?”
JUAN GARCÍA LAFUENTE
Memorias de una torre
Me inauguraron en el año 1930,
después de un duro año de construcción. Durante mi vida he vivido momentos
emocionantes, divertidos, tristes... De los cuales algunos os voy a relatar.
Durante 40 años fui el edificio más alto de New York. Soy el famoso Empire
State.
Mi creador fue el arquitecto William F. Que en tan sólo dos semanas pudieron diseñarme
basándose en los planos de algunas torres extranjeras. El presidente de Estados
Unidos vino a New York para mi inauguración. Más tarde me instalaron unas luces
que se pueden activar desde Washington DC, por eso me llaman la torre de las
luces.
Al principio mi estructura fue diseñada
para ser una terminal de dirigibles. A mi no me gustaba mucho es idea, por lo
que hice que me creciera un gran pararrayos en la azotea.
En 1945, un bombardero que sobré volaba
New York entré niebla se estampó contra mí. En ese trágico accidente murieron
14 personas sin que yo pudiera hacer nada para salvarles. Lo que sí pude hacer
fue parar la caída de un ascensor con mis fuertes brazos. La señora que iba
dentro batió el Récord Guinness de sobrevivir a la caída más alta de un
ascensor, 75 pisos.
El 11 de septiembre de 2001 hubo un
ataque de unos miembros del grupo terrorista al qaeda. Aunque ni yo ni mis
habitantes afortunadamente no sufrímos ningún daño. Vi venir a los aviones y
los intente desviar distrayéndoles con mis pararrayos, pero como no lo conseguí
avise a mis vecinas Las Torres Gemelas que aquellos aviones se acercaban
peligrosamente. Mis queridas amigas no tuvieron tiempo de reaccionar, ya que
los aviones se acercaban muy deprisa. Y sin que yo pudiera hacer nada vi como
las torres se desplomaban y oía sus gritos y los de sus inquilinos. Desde
entonces siento un profundo vacío ya que no puedo hablar con mis estupendas
amigas.
A mí me gusta mucho iluminar mis cuatro
fachadas con luces de colores, dependiendo de la ocasión. Cada día que juegan
los New York Yankees pongo sus colores. El día que España gano el mundial de
Sudáfrica puse los colores de la bandera española.
He participado en muchas películas como
actor secundario he incluso he protagonizado alguna. Una de mis preferidas es
King Kong, en la que el gran gorila subía por mi cuerpo hasta lo más
alto. Agarrando se a mi pararrayos luchaba contra los cazas que intentaban
derribarle.
Klare Landa: Juegos de niños.
Lunes, primera hora de la mañana, aún medio dormida, mi padre se acercó y me dio un beso antes de ir a trabajar, a punto de volver al sueño mi madre se abalanzó sobre mí cariñosamente para darme los buenos días y conseguir tras pocos esfuerzos levantarme de la cama.
Gracias a mi madre que se aseguró en todo momento de que yo no llegara tarde a clase, conseguí llegar puntual por cuarta vez en todo el curso a mi clase de música. Una profesora un tanto amarga me esperaba sentada en su sillón, mucho más cómodo que nuestras sillas de madera, con su habitual sonrisa forzada.
Tras una hora aparentemente interminable conseguí escabullirme por los pasillos, con un único objetivo. Ahí estaba, esperándome, tan galán como siempre, apoyado en la pared situada justamente al lado de los baños, no pudo evitar sonreír al verme, y tras un roce de manos con misterio, se dirigió a su próxima clase mientras yo me metía en el baño a examinar la mercancía. Perfecto, todo nos había salido bien una vez más, solo los dos sabíamos lo que nos podía pasar si nos descubrían pero hasta ahora nunca lo habían hecho y nos íbamos a seguir arriesgando hasta que esto sucediera.
Apenas había llegado a clase cuando repentinamente alguien me agarró con fuerza por el brazo y estiró de él, por un momento, y esperando lo peor, mi corazón se paralizó, pero gracias a Dios estaba equivocada, tan solo era mi prima, que iba a mi misma clase y al igual que yo no se había enterado de nada de lo que había mandado nuestra profesora y venía, tan ingenua, a preguntarme a mí.
Una vez en clase, aún con los nervios en punta, la directora del colegio tocó a la puerta y pidió, con breves palabras, que saliera de clase. Temblando y con un nudo en la garganta salí de clase, ahí estaba él, mi corazón aceleraba por minutos, me estaba dando un ataque, pero conseguí disimularlo. No sé si él estaba haciendo lo mismo pero no se le veía nada nervioso. La directora nos llevó a su despacho y una vez allí nos pidió que le diéramos lo que no era nuestro y le pertenecía. Un tanto aturdidos, nos miramos y le preguntamos de qué se trataba. Sin ningún tipo de pudor nos contestó directamente que quería la droga, la que nosotros le habíamos quitado. Después de casi dos horas discutiendo y negociando conseguimos quedarnos con una pequeña parte de la sustancia, mientras la directora se ponía ciega. Con uno de los muchos botes de perfume que tenía en su despacho nos roció a los tres por completo para conseguir ahuyentar el olor de dicha sustancia. Minutos antes de salir de la habitación, y un poco colocada, nos dijo en forma de amenaza que jamás nadie podía enterarse de esto y que nos volviéramos a reunir con ella en el mismo sitio exactamente un mes después, pero esa reunión nunca se realizó pues dos semanas después, y para nuestra sorpresa, la encontraron muerta en su despacho por una sobredosis de cocaína.
La sonrisa de la Luna
La sonrisa de la Luna
Erase una
vez, un reino muy muy lejano en el que vivía un rey y su familia. El rey tenía
un hijo pequeño llamado Miguel. Miguel era el príncipe más sonriente del mundo,
tenía la sonrisa más grande y bonita de todo el planeta.
Era la víspera
del sexto cumpleaños del pequeño y como tenían por costumbre en aquellas
fechas, se sentaron a charlar y observar la bellísima noche estrellada. El
joven se quedó mirando a aquella preciosa Luna, tan brillante y tan perfecta.
Entonces Miguel dijo:
-Padre, ¿Por
qué no podemos vivir allí?
El rey
respondió:
-Hijo, este
es mi reino, no puedo abandonarlo.
El joven al
escuchar la respuesta se quedó triste y cabizbajo. Él no quería ser rey, él
quería vivir en la Luna donde todo era perfecto y bello.
Al ver la
reacción del chico el rey dijo:
-Hijo mío,
yo te quiero tanto como estrellas hay en el cielo. Quiero que seas feliz y
aunque no puedo darte todo lo que hay en el universo, sí que puedo prometerte
que removeré tierra y mar hasta que alcances la Luna.
Ya era tarde
así que el pequeño Miguel se fue a la cama.
El rey pasó
toda la noche en vela ideando el artilugio que llevaría al joven a la Luna.
Ya era por
la mañana y Miguel se levantó temprano para abrir sus regalos. Cuando llegó al
salón allí estaba su familia y en medio el rey con una sonrisa inmensa y
sosteniendo en sus manos la cometa más grande nunca vista.
El joven extrañado
preguntó:
-¿Qué es
esto padre?
El rey le
respondió:
-Salgamos al
jardín allí te lo explicaré todo.
Una vez
salieron, el rey le explicó que iba a alcanzar sus sueños, que iba a volar a la
Luna. Tras haberse despedido de todos, más feliz que nunca, el príncipe comenzó
su viaje todo recto hasta la Luna.
Llegó la
noche y el rey se dio cuenta de que extrañaba mucho a su hijo. Se asomó a ver
la noche como solía hacer con su pequeño. Entonces, su vista se quedó clavada
en la Luna que brillaba más que nunca. Volvió a mirarla y vio como le sonreía,
pero no con una sonrisa cualquiera sino con la sonrisa más bonita de todas, la
de Miguel. El rey esbozó una sonrisa y comprendió que su hijo era feliz y que
cada vez que sintiera nostalgia, lo único que tenía que hacer para sentirse
mejor era mirarla, mirar la sonrisa de la Luna.
Teresa
Trabada
REDES SOCIALES
REDES SOCIALES
¿Soy yo?, ¿no soy?, ¿existo?, ¿no existo?, ¿me conocen?, pero, ¿Quién me conoce?. ¡Qué miedo!
Soy Ana, tengo 15 años, como muchos de mis amigos yo pensaba que
lo más de lo más era formar parte del mundo de las redes sociales; Cual fue mi
sorpresa, menos mal que mis padres me ayudaron a entender los peligros que me
acechaban.
Un día un contacto de carácter muy agradable se puso en línea
conmigo, todas mis ilusiones parecía que se hacían realidad, me dejé llevar, en
ese momento no hacía caso de nadie, no entendía de consejos, era de alguna
manera mi secreto.
Llegó el día de una cita con mi contacto, ¡Qué nervios!, Todo se
me derrumbó, mi contacto no fue como yo me imaginaba, resultó ser una mujer de
unos 60 años que me quería llevar al mundo siniestro de la prostitución y la
mala vida; reaccioné, corrí como una desposeída, me acordé de los consejos que
me repetían constantemente mis padres y
por suerte me salvé de esos peligros que esconde la vida misma.
LA VIDA ETERNA
En el año 2037 en la tierra no había vida humana, no
había vida humana por causa de un experimento fallido. Este experimento consistía
en la creación de unos monstruos para la ayuda de las personas. Al principio
este experimento sirvió y los humanos estaban muy contentos, pero aún así los
humanos pedían que les sirvieran para algo más.
Los científicos que habían fabricado estos monstruos intentaron
hacer una modificación pero algo no salió bien. Los científicos eran los únicos
que sabían que algo no había salido bien y para no preocupar a los humanos no
se lo dijeron. Esa misma noche los monstruos se escaparon y entonces empezó la
masacre. Murieron cientos de personas incluido uno de los científicos. El otro
científico no sabía que hacer y al final decidió a todos los humanos del mundo
a vivir al espacio. Esta idea sirvió ya que nadie más murió a causa de los monstruos. Unos años después en concreto 2044 el mismo científico que había
creado los monstruos decidió entrenar a 100 jóvenes de todo el mundo para que
volvieran a bajar a la tierra para combatir contra los monstruos. Llego el día
de que aquellos 100 jóvenes empezaran a combatir en una pelea de vida o muerte.
Uno a uno se fueron metiendo en una nave que les llevaría a la tierra. Una vez
ya en la tierra se separaron en cinco grupos, cada grupo se fue a un continente
diferente. Cada vez había más monstruos en
la tierra con lo cual era más difícil vencerlos. Murieron jóvenes de todos los
continentes excepto de Europa. Los jóvenes que estaban en Europa no sabían
porque no había monstruos en este territorio y entonces decidieron explorarlo.
Al principio no encontraron nada pero unos años después
encontraron un río de un color extraño que al parecer no les gustaba a los monstruos. Estos jóvenes se lo comunicaron al científico y el científico también
averiguó que beber de esa agua te daba la vida eterna entonces todos los
humanos bebieron de esta agua y consiguieron vencer a los monstruos.
FIN
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