UNA EMPRESA ESPECIALIZADA ESTUDIA COMO RETIRAR EL ESCUDO FRANQUISTA DEL EDIFICIO DE HACIENDA

¿Alguien se imagina en Berlín una plaza dedicada a Hitler o en Roma una en homenaje a Mussolini? Una empresa especializada comienza la próxima semana el estudio para la retirada del escudo con el águila imperial, símbolo del franquismo, que se encuentra colocado en la fachada del edificio de Hacienda del Estado situado en la Plaza Moyua.

Tuvieron que pasar muchos años tras la recuperación de la democracia para que una Ley, la llamada Ley de Memoria Histórica de 2007, obligara a las Administraciones a tomar medidas para la eliminación de la amplia simbología franquista que inundó el país tras el triunfo del golpe de Estado de 1936.

La Ley de Memoria Histórica obliga a las Administraciones a tomar medidas para retirar cualquier objeto (como insignias, escudos, placas de calles…) que exalte la sublevación militar, la Guerra Civil o la represión de la dictadura franquista. Estos elementos se deben retirar y depositar en museos históricos.

¿A qué símbolos se refiere?

Con la llegada de la dictadura, el régimen franquista eliminó de las calles todo elemento que recordara a la República sustituyéndolos por otros del bando ganador, y se dedicó a construir gran cantidad de monumentos dedicados a exaltar su triunfo, honrar a los “caídos” del bando ganador, que pasaron a considerarse como “mártires” y a la figura del dictador.

En las calles, las placas fueron cambiadas por otras con los nombres de personajes vinculados a la dictadura, por ser intelectuales, políticos franquistas o “mártires”. La arquitectura tuvo también un enorme valor simbólico y las viviendas construidas se llenaron de escudos con el símbolo falangista (el yugo y las flechas) o franquista (con el águila imperial) y se llenaron plazas y parques con estatuas del dictador.

En el País Vasco

En el País Vasco, el Gobierno Vasco elaboró un catálogo en el que recogió dónde se encontraban estos símbolos, entre otros los escudos de la Catedral de Vitoria-Gasteiz o de la Subdelegación del Gobierno de la misma ciudad, el escudo del edificio de Hacienda de Bilbao o los monumentos a los “caídos” de Legutiano o de Oiartzaun, además de muchas calles con el nombre de militares o políticos de la dictadura.