El tesoro perdido
Me desperté por la mañana,
a las ocho,como de costumbre. Cuando me levanté me dirigí a la
cocina y vi a mi madre tomando el café. Yo me preparé la leche a
todo correr, me vestí y me dirigí al colegio. A mitad del camino me
encontré con Marta, esa mañana ella tenía muy mala cara. Era como
si no hubiese dormido. Le pregunté:
-¿Qué ha ocurrido?
-Anoche, alguien entró en
nuestra casa con una pistola y un pasamontañas y nos mandó que
estuviéramos en silencio y que si llamábamos a la policía nos
dispararía. Luego se puso a mirar en todos los armarios hasta que
encontró una llave y se marchó.
-¿Y para qué quería una
llave ?-pregunté exclamada.
-Eso nos preguntamos mi
madre y yo. Pero al menos solo ha robado una llave y no ha robado
dinero o que sé yo.
-¿Y qué llave era la que
os robó?
-Una llave que tenía mi
madre en el colgante. Ese colgante lo heredó de su padre y dijo que
ese colgante lo guardara como si fuera su vida.
Me siguió contando por el
camino que esa llave era muy antigua y que siempre se había estado
heredando durante todas las generaciones de la familia. Marta
desconoce la razón de por qué esa llave era tan valiosa y por qué
alguien querría haber robado algo así y que era lo que escondía
esa llave.
Después del cole, fui a su
casa para buscar alguna pista del ladrón. En su casa me fije que
había un papelito arrugado que parecía muy antiguo. Lo desdoblamos
y descubrimos que era un mapa que señalaba un camino hacía un
tesoro. Estaba claro que esa llave abriría ese tesoro,¿Pero por qué
los antepasados de Marta habían escondido un tesoro?.Fuimos a todo
correr a encontrar el tesoro y protegerlo de ese ladrón. Seguimos el
mapa y llegamos al lugar exacto que indicaba el mapa. Allí vimos a
un hombre de cabello negro y que tenía una pala en la mano. Marta al
verle reconoció al instante quien era, era su tío.
-¿Qué haces aquí?-preguntó
Marta.
-Coger lo que es
mío-respondió él.
-Eso no es tuyo, es de la
familia-dije yo
-Eso es, es de la familia y
yo soy parte de ella, así que tengo derecho a coger lo que me de la
gana del cofre. Ademas si no cojo yo el dinero quién lo hará. ¿Se
quedará ahí para siempre sin que nadie lo use?
-Sí, si solo es para ti.
Ese dinero tendría que ser repartido a partes iguales a todos los de
la familia.-respondió Marta.
Empezamos a intentar cogerle
la llave, pero él era mas alto y no podíamos, hasta que al final lo
conseguimos. Nos fuimos corriendo con la llave. Cuando llegamos a
casa se lo contamos todo a la madre de Marta. Esta nos contestó:
-En realidad nunca hubo un
tesoro, solo era una leyenda de hace muchos años. Nunca ha existido
ningún tesoro que esta llave pudiera abrir.
-Vaya, pensaba que íbamos a
abrir un tesoro-dije decepcionada.
-No pasa nada, yo me lo he
pasado bien- dijo Marta.
-Y yo, jajajaja, bueno me
tengo que ir a casa, adiós- dije despidiéndome
-Hasta mañana- respondió
Marta.
Fin
Saioa de Mena
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