miércoles, 22 de octubre de 2014

El tesoro perdido




El tesoro perdido




Me desperté por la mañana, a las ocho,como de costumbre. Cuando me levanté me dirigí a la cocina y vi a mi madre tomando el café. Yo me preparé la leche a todo correr, me vestí y me dirigí al colegio. A mitad del camino me encontré con Marta, esa mañana ella tenía muy mala cara. Era como si no hubiese dormido. Le pregunté:
-¿Qué ha ocurrido?
-Anoche, alguien entró en nuestra casa con una pistola y un pasamontañas y nos mandó que estuviéramos en silencio y que si llamábamos a la policía nos dispararía. Luego se puso a mirar en todos los armarios hasta que encontró una llave y se marchó.
-¿Y para qué quería una llave ?-pregunté exclamada.
-Eso nos preguntamos mi madre y yo. Pero al menos solo ha robado una llave y no ha robado dinero o que sé yo.
-¿Y qué llave era la que os robó?
-Una llave que tenía mi madre en el colgante. Ese colgante lo heredó de su padre y dijo que ese colgante lo guardara como si fuera su vida.

Me siguió contando por el camino que esa llave era muy antigua y que siempre se había estado heredando durante todas las generaciones de la familia. Marta desconoce la razón de por qué esa llave era tan valiosa y por qué alguien querría haber robado algo así y que era lo que escondía esa llave.

Después del cole, fui a su casa para buscar alguna pista del ladrón. En su casa me fije que había un papelito arrugado que parecía muy antiguo. Lo desdoblamos y descubrimos que era un mapa que señalaba un camino hacía un tesoro. Estaba claro que esa llave abriría ese tesoro,¿Pero por qué los antepasados de Marta habían escondido un tesoro?.Fuimos a todo correr a encontrar el tesoro y protegerlo de ese ladrón. Seguimos el mapa y llegamos al lugar exacto que indicaba el mapa. Allí vimos a un hombre de cabello negro y que tenía una pala en la mano. Marta al verle reconoció al instante quien era, era su tío.
-¿Qué haces aquí?-preguntó Marta.
-Coger lo que es mío-respondió él.
-Eso no es tuyo, es de la familia-dije yo
-Eso es, es de la familia y yo soy parte de ella, así que tengo derecho a coger lo que me de la gana del cofre. Ademas si no cojo yo el dinero quién lo hará. ¿Se quedará ahí para siempre sin que nadie lo use?
-Sí, si solo es para ti. Ese dinero tendría que ser repartido a partes iguales a todos los de la familia.-respondió Marta.

Empezamos a intentar cogerle la llave, pero él era mas alto y no podíamos, hasta que al final lo conseguimos. Nos fuimos corriendo con la llave. Cuando llegamos a casa se lo contamos todo a la madre de Marta. Esta nos contestó:
-En realidad nunca hubo un tesoro, solo era una leyenda de hace muchos años. Nunca ha existido ningún tesoro que esta llave pudiera abrir.
-Vaya, pensaba que íbamos a abrir un tesoro-dije decepcionada.
-No pasa nada, yo me lo he pasado bien- dijo Marta.
-Y yo, jajajaja, bueno me tengo que ir a casa, adiós- dije despidiéndome
-Hasta mañana- respondió Marta.


Fin

            


Saioa de Mena

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