domingo, 14 de diciembre de 2014

DOS MUNDOS, DOS REALIDADES

La campaña de Navidad de Escolapios este año se titula “Ven y verás la realidad que hay detrás”. Este lema nos quiere hacer reflexionar sobre dos realidades totalmente opuestas que conviven hoy en día. Un mundo desarrollado y rico, el nuestro, donde se vive en la abundancia y se tienen tantas comodidades que muchas veces no se valoran. Junto a él, otro mundo, el de los países en vías de desarrollo, donde falta lo más básico como el acceso a la educación, el agua potable o la sanidad. Esas cosas que no valoramos porque siempre las hemos tenido a nuestro alcance y que para otros son tan difíciles de alcanzar.

La campaña nos pide nuestra ayuda para intentar recortar al menos en una pequeña parte esas desigualdades que vive nuestro mundo. Colaborar a levantar escuelas donde no las hay y ayudar a que sigan adelante es un primer paso para lograr un mundo más justo. Nuestra pequeña aportación, unida a la de otros muchos, puede conseguir grandes logros en otros países con menos suerte que el nuestro.

Pero, junto a esto, hay otra reflexión que debemos hacer: si la Navidad de nuestro mundo desarrollado no ha ido ocultando su verdadero sentido, la Navidad real que debiéramos celebrar.
¿En qué se ha convertido nuestra Navidad? Nuestra manera de vivirla consiste en consumir y consumir. Comprar regalos, lotería, talar árboles que decoren nuestras casas, mandar tarjetas navideñas, comer y beber sin reparar en gastos... en definitiva: vacaciones y fiesta. Un pequeño donativo a alguna buena obra y nuestra conciencia se queda tranquila.

¿Ese es el verdadero espíritu de la Navidad? Yo creo que no. Este consumismo ha ido poco a poco adueñándose de la Navidad y ocultando la realidad que hay detrás: la Navidad como momento de solidaridad, de darse a los demás, en pensar en las necesidades de los otros y compartir al menos una pequeña parte de todo lo que tenemos. En vez de gastar más en caprichos y cosas que no son necesarias, deberíamos tener la actitud totalmente contraria: privarnos de algunas cosas y de esa manera poder colaborar en campañas y proyectos que merecen la pena.


La Navidad es el momento de mirar hacia dentro, de reflexionar sobre el mundo en que vivimos, sobre qué podemos hacer cada uno de nosotros para cambiar todo eso que no nos gusta, de poner la mirada en todas esas realidades frente a las que  a lo largo del año tenemos los ojos cerrados…

                                                                                                                      
        ADRIÁN RAMÍREZ

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