DOS MUNDOS, DOS
REALIDADES
La campaña de Navidad de Escolapios este año se titula “Ven y
verás la realidad que hay detrás”. Este lema nos quiere hacer reflexionar sobre
dos realidades totalmente opuestas que conviven hoy en día. Un mundo
desarrollado y rico, el nuestro, donde se vive en la abundancia y se tienen tantas
comodidades que muchas veces no se valoran. Junto a él, otro mundo, el de los
países en vías de desarrollo, donde falta lo más básico como el acceso a la
educación, el agua potable o la sanidad. Esas cosas que no valoramos porque
siempre las hemos tenido a nuestro alcance y que para otros son tan difíciles
de alcanzar.
La campaña nos pide nuestra ayuda para intentar recortar al
menos en una pequeña parte esas desigualdades que vive nuestro mundo. Colaborar
a levantar escuelas donde no las hay y ayudar a que sigan adelante es un primer
paso para lograr un mundo más justo. Nuestra pequeña aportación, unida a la de
otros muchos, puede conseguir grandes logros en otros países con menos suerte
que el nuestro.
Pero, junto a esto, hay otra reflexión que debemos hacer: si
la Navidad de nuestro mundo desarrollado no ha ido ocultando su verdadero
sentido, la Navidad real que debiéramos celebrar.
¿En qué se ha convertido nuestra Navidad? Nuestra manera de
vivirla consiste en consumir y consumir. Comprar regalos, lotería, talar
árboles que decoren nuestras casas, mandar tarjetas navideñas, comer y beber
sin reparar en gastos... en definitiva: vacaciones y fiesta. Un pequeño donativo
a alguna buena obra y nuestra conciencia se queda tranquila.
¿Ese es el verdadero espíritu de la Navidad? Yo creo que no.
Este consumismo ha ido poco a poco adueñándose de la Navidad y ocultando la realidad
que hay detrás: la Navidad como momento de solidaridad, de darse a los demás,
en pensar en las necesidades de los otros y compartir al menos una pequeña
parte de todo lo que tenemos. En vez de gastar más en caprichos y cosas que no
son necesarias, deberíamos tener la actitud totalmente contraria: privarnos de
algunas cosas y de esa manera poder colaborar en campañas y proyectos que
merecen la pena.
La Navidad es el momento de mirar hacia dentro, de
reflexionar sobre el mundo en que vivimos, sobre qué podemos hacer cada uno de
nosotros para cambiar todo eso que no nos gusta, de poner la mirada en todas
esas realidades frente a las que a lo
largo del año tenemos los ojos cerrados…
ADRIÁN RAMÍREZ
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