No he podido evitar escribir en esta breve carta mi gran decepción con los vecinos de mi edificio.
Este es mi tercer año en el vecindario y hasta ahora no había visto ni tenido ningún problema con mis compañeros de edificio. Pero como bien he dicho, HASTA AHORA, puesto que hace tres días, cuando iba a aparcar el coche, como de costumbre, en mi parcela de garaje, encontré todo tipo de bolsas con basura, pude comprobar como incluso se había depositado un excremento de perro en ella. Fue tan grande mi sorpresa que mi reacción no fue otra que tomar varias fotografías al aparcamiento y subir inmediatamente a cada una de las puertas de mis vecinos preguntando por el creador de tal obra de arte y por el motivo de su inspiración, pero no obtuve mayor respuesta que simples “ni idea” o “no se quién podría haber sido”. Debo admitir que desconfié de todas sus palabras, pero no pensaba quedarme de brazos cruzados y tras muchos esfuerzos conseguí llegar a los videos de la cámaras de vigilancia del garaje donde se podía observar con claridad como uno a uno iban depositando basura en mi parcela, debo decir que muchos de mis vecinos no me mintieron cuando les pregunté, pues ellos no tenía nada que ver, pero gracias a este suceso he podido ver la hipocresía de mis supuestos “simpáticos vecinos”.
Todavía no se si tengo derecho a denunciarlo, pero estoy dispuesta a hacerlo y a que paguen por lo que han hecho con mi parcela sin motivos, que al menos yo conozca.
Klare Landa
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