martes, 3 de noviembre de 2015

BEBÉS A LA CARTA

¿Imaginas tener un catálogo en el que poder escoger el color de ojos, el tipo de pelo o la forma de nariz que tendrá tu futuro bebé?¿Imaginas poder diseñar a tu bebé de la misma manera en que diseñas un dibujo? Sí, aterroriza bastante, y aunque es mejor dejarlo sólo para nuestra imaginación, son muchos los que sueñan con este fenómeno. Se calculan unos veinte años más de bebés naturales, pues para entonces, seguramente, la humanidad ya habrá sido consumida por los estereotipos de belleza y todos los niños cuyos genes hayan sido alterados deliberadamente, serán físicamente tal y como a sus padres se les haya encaprichado.


Cuántas veces habremos escuchado que nacimos para ser reales y no perfectos, que la belleza está en el interior y no en el exterior de las personas, y que nuestras imperfecciones son las que nos hacen diferentes al resto. Entonces, ¿qué necesidad hay de crear los humanos más guapos del mundo si no es el físico lo que verdaderamente importa?


Quizás son los precios tan bajos de estas alteraciones lo que atrae más a la gente, 18.000 euros no es nada si de ellos depende la “felicidad” de tu precioso hijo.


Un día, hace ya unos años, nos dijeron qué es lo bonito y qué es lo feo, y nos lo creímos. Hace poco, a mí me dijeron que la belleza es lo que tú quieres que sea, me gustó más esta teoría, y me la creí.


Dejemos que cada ser humano sea tal y como debería ser, sin alteraciones ni  cambios, porque todos tenemos algo que nos hace diferentes y es ahí donde se encuentra la verdadera belleza.


Yo encuentro la belleza en la naturalidad, ¿y tú?


Klare Landa


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