miércoles, 18 de noviembre de 2015

CALASANZ HOY

Me llamo José de Calasanz y nací un 22 de agosto en Bilbao. Mi familia era de clase media-alta, digamos que no andábamos mal de dinero. Desde pequeño he tenido todo lo que he querido y he ido al mejor colegio de todo Bilbao y como no podía ser de otra forma, iba a ir a la prestigiosa universidad de Oxford,pero de repente todo cambió. Mi único objetivo en la vida era llegar a ser alguien importante y sabía que yendo a Oxford, con mis notas, lo conseguiría. 

Acabábamos de terminar el colegio y habíamos decidido ir de viaje a Brasil antes de ir a la universidad. Ese viaje me abrió los ojos. Hasta entonces nunca había pensado en los demás. Sabía que no todo el mundo vivía igual de bien que yo, pero no sabía cuales eran las dimensiones del problema, no sabía que había gente en unas condiciones tan pésimas. La verdad es que me entraban ganas de llorar al verme a mí mismo con mi móvil de última generación y mi ropa carísima de marca y al verles a ellos sin a penas dinero para comer. Me parecía indecente e injusto que solo el dinero que yo llevaba encima en ese momento ya era más del que ellos tendrían en su vida.

De ese viaje no volvimos todos. Sabía que no podía vivir e ir a una universidad que casi ni yo podía pagar teniendo en mi memoria las imágenes de aquellas familias sin comida, viviendo en las favelas, algunos incluso sin zapatos. Una cosa que me llamó mucho la atención, fue que a cualquier hora del día se podían ver niños en la calle, después de ver esto y de llegar a la conclusión de que esto se debía a que muchos niños no podían permitirse ir a la escuela, supe lo que debía hacer.

En el colegio todos los años nos hablaban de algún proyecto en los países más necesitados, aunque la verdad es que nunca prestaba demasiada atención, llevaba algo de dinero del que me sobraba para que mis compañeros y los profesores me felicitasen, pero ni siquiera sabía donde iban a parar mis aportaciones. Así que después de decidir quedarme en Brasil para ayudar, investigué un poco los proyectos que tenía mi antigua escuela allí y elegí el que más me llamó la atención. Se trataba de un proyecto justo para lo que yo quería. Era la construcción de una nueva escuela cerca de las favelas, que era gratuita.

En cuanto abrimos la escuela cada vez se fue haciendo más famosa y teníamos a muchísimos niños escolarizados allí. Tantos que acabamos abriendo muchas más escuelas.

Al final encontré mi vocación y conseguí hacer algo que me hizo ser alguien importante y además ayudé a muchos niños que lo necesitaban.

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